jueves, 11 de noviembre de 2010

Xibalba-La Fuente de la vida


La fuente de la vida se estructura en torno a tres temporalidades: presente, pasado y futuro, siendo tan solo una de ellas real. Las otras dos constituyen sendas fantasías de los protagonistas de la historia.
En el tiempo presente, ambientado en el Nueva York de la primera década del siglo XXI, Thomas, un investigador médico, experimenta con primates la cura de la enfermedad que amenaza con cobrarse la vida de su mujer, Izzi (Rachel Weisz). Entretanto, ella trata de finalizar una novela que ha decidido titular The Fountain —título original del filme— mientras asume la inevitabilidad de su muerte. Poco a poco, la vida de Izzi se escapa ante los ojos de Thomas, incapaz de encontrar una cura para el cáncer de su amada. Irónicamente, en uno de sus experimentos, el científico da accidentalmente con un compuesto que rejuvenece el cerebro del mono con el que está experimentando. Un compuesto que tiene su origen en el tronco de una especie arbórea guatemalteca de la que tenía muestras archivadas en el laboratorio. Es la primera referencia en la historia ambientada en el presente a un árbol como fuente de la vida.



Pero, dado que el supuesto —ya que ha de ser testado- elixir con el que se ha topado Thomas no frena el letal tumor del primate con el que experimenta —y que es del mismo tipo que el de su mujer—, decide obviar los resultados que tanto sorprenden a sus compañeros y seguir en su empeño por encontrar una cura contra el cáncer en una frenética lucha contra reloj.

Izzi empeora y es ingresada, lo que afecta la cordura y objetividad médica de Thomas. Entre los experimentos de su esposo, ella le explica la historia que relata su novela y le habla de su última voluntad: que sea él quien escriba su último capítulo tras su muerte. La quietud en la asunción de su trágica suerte contrasta en todo momento con la desesperación de Thomas, quien es incapaz de ver lo inevitable de su inminente final.

En una nueva ironía del destino, la jefa de Thomas corre a comunicarle que el último experimento con el tumor del primate ha surtido efecto momentos después de que Izzi muera. Desesperado, Thomas vuelve al hogar que compartía con su mujer y, entre lágrimas, se tatúa con una pluma —la misma que le ha regalado ella para que finalice su novela— el dedo anular de la mano derecha. El mismo tatuaje de su alianza perdida que lucirá el Thomas del futuro en su particular nave espacial. La misma pluma que empleará para dejar en sus brazos constancia del paso del tiempo.

Acto seguido, sin haber siquiera asumido la reciente muerte de Izzi, Thomas regresa al laboratorio y reúne a su equipo para comunicarles que su actividad pasa a centrarse en el estudio del compuesto con que lograron rejuvenecer el tejido cerebral del primate días atrás. La nueva meta del científico es frenar la muerte, buscando una cura para ella como si de una enfermedad infecciosa se tratase.

Pero la fe de Thomas en la ciencia no es la que era. A pesar de su obstinación, el científico es consciente de que ésta no le va a devolver la vida de su mujer. De ahí que recuerde las palabras de Izzi, quien, poco antes de morir, le relató la historia de un guía a quien contrató en uno de sus viajes de documentación para su libro años atrás. En dicha historia encontramos la explicación de la vuelta a la fe en una tradición arcaica. Habiéndole fallado Dios —como veremos en el relato ambientado en el pasado— y la ciencia —tal y como ha demostrado el presente—, al viudo tan solo le queda por ponerse en manos de la tradición. Plantando una semilla en la tumba de su mujer, Thomas se comporta como el guía de Izzi en su visita a las ruinas Mayas. Los restos inertes de ella servirán de alimento al árbol que crecerá de la semilla, con lo que, de alguna manera, vivirá eternamente en él, en los frutos que dé, en los animales que se alimenten de dichos frutos y en el suelo que se nutra de ellos.

Pasado
Tomás un conquistador español del siglo XVI que lucha con una tribu primitiva en su intento por coronar una enorme pirámide que se alza en medio de la jungla. En su cima, el conquistador se encuentra con el guardián del árbol de la vida, que, según la tradición Maya, crece en la parte superior de la pirámide. Herido de gravedad por el guardián, Tomás cae a pocos metros de su objetivo.

El filme empieza con el último capítulo que Izzi escribe en su cuaderno de notas, algo que se hará evidente cuando descubramos que la historia de Tomás —castellanización del nombre del marido de la escritora- es únicamente real en las páginas de The Fountain. Así, la historia del conquistador caído se construirá a medida que Thomas lea el relato inventado por su mujer. En él encontramos un planteamiento paralelo a la situación vivida por ambos en el presente a partir de los numerosos elementos simbólicos que Izzi introduce en su novela. Evidentemente, ella es la reina Isabel —nueva castellanización del nombre propio— y su marido su amado, el conquistador Tomás. Simbólicamente, el tumor de Izzi es, en el relato, el Inquisidor que amenaza con matarla. La identificación de su enfermedad con una fe religiosa fanática sirve para justificar la pérdida de la confianza de su protagonista en la religión como vía de salvación de su alma.
De ahí que la reina Isabel vuelva la vista a la tradición y ponga sus esperanzas de salvación en las leyendas Mayas de las que le habla un misionero recién llegado de Nueva España y que, convenientemente, encajan con lo planteado por la Biblia cristiana en el más poético de sus libros: el Génesis. Perdida la fe en la religión que amenaza con matarla, a la reina solo le queda aferrarse al misticismo Maya. Ante la proximidad de la muerte.
El final inventado por el Thomas del presente para la novela de Izzi muestra cómo ambos han hecho del relato de la difunta una vía para expiar sus miedos, esperanzas y obsesiones. Es el arte visto como vía de trascendencia.

Futuro
Para entender la decisión de Thomas de finalizar la novela de su mujer de la manera en que lo hace resulta necesario atender a la parte argumental del filme imaginada por él. La historia ambientada en el futuro simboliza los anhelos del Thomas presente de la misma manera que el relato pasado condensaba los de su mujer.

En el futuro, un Thomas inmortal como consecuencia de su descubrimiento en el laboratorio mientras trataba de frenar el tumor cerebral de su mujer, atraviesa el espacio con rumbo a Xibalba, la nebulosa que, según Izzi, simbolizaba el averno para la civilización Maya. De acuerdo con su esposa, los mayas creían que, cuando Xibalba estallase —es decir, cuando se produjese una supernova—, todos los muertos que habían sido conducidos allí renacerían para vivir eternamente. De ahí que, perdida la fe de la salvación de su mujer a través de la ciencia, Thomas ponga su esperanza en el cumplimiento de una tradición ancestral, que sigue escrupulosamente. El científico viaja con el árbol que ha crecido sobre la tumba de su mujer y que, en su fantasía, tiene propiedades animales, como demuestra el vello que crece en su tronco.

Pero el viaje a Xibalba es tan largo que el árbol se seca poco a poco. Decidido a no volver a perder a su amada, Thomas opta por alimentarse de ella en una nueva vuelta a la tradición ancestral. El viajero espacial se comporta como los pájaros de los que hablaba el guía de su mujer. Al comer del tronco del árbol que ha crecido a partir del cuerpo inerte de Izzi, Thomas cree que, de morir éste, al menos quedará algo de ella vivo en él.

La llegada a Xibalba —que visualmente es idéntica a la lámpara que hay sobre una de las salas del laboratorio en que trabaja el Thomas presente— hace comprender al viajero espacial que la única manera de salvar a su mujer es su propia muerte. Nuevamente de acuerdo con la tradición Maya, Thomas ha de comportarse como el Primer Padre del que le habló Izzi y que dio su vida para la salvación eterna de su pueblo. Por ello, sale de la nave y se dirige al núcleo mismo de la nebulosa, tratando de provocar con su impacto una supernova, lo que explica que el último capítulo de la novela de Izzi finalice con la identificación entre Tomás y el Primer Padre. Con una salvedad: en el relato finalizado por Thomas, el conquistador, no contento con haber curado su herida, se torna codicioso e intenta saciarse con la savia que brota del árbol de la vida. La codicia de Tomás es la manera que tiene el Thomas del presente de asumir parte de la culpa por la muerte de su mujer al señalar a su propia ambición médica como causante de su reciente fallecimiento, que sigue creyendo haber podido evitar. Aún así, el viudo respeta la voluntad de su esposa y hace de la muerte del protagonista de su novela algo bello. Al igual que Izzi pretendía con su propia vida, y de la misma manera que Thomas concluye su fantasía futura, la muerte del conquistador nos es presentada como un acto de creación por medio de un impresionante plano en el que vemos brotar de su cuerpo un innumerable número de plantas.

La nueva fe del Thomas del presente en la tradición arcaica en que encontró consuelo su mujer durante los últimos días de su vida alcanza su punto álgido en la conclusión de la historia futura. Al impactar el cuerpo de Thomas contra el núcleo de Xibalba, la supernova resultante provoca el renacimiento del árbol de Izzi, al que vemos florecer a una velocidad prodigiosa. Sin su fantasía futura, el Thomas del presente —que concluye el filme sembrando una semilla en la tumba de su mujer— no tendría ningún motivo por el que seguir viviendo tras la muerte de Izzi. Habiéndole fallado la ciencia en aquello que más anhelaba, tan solo le queda valerse de ella —a la que ha dedicado su vida— como medio para lograr aquella trascendencia a la que se aferró su esposa antes de morir.

viernes, 30 de julio de 2010

El Angel negro


Queriendolo sacar de su infierno
de su mala suerte por poder sentirlo todo
acallando sus gritos de amor ese invierno

Ella no se da cuenta de que él no lo va a superar
y todas las lagrimas que ella derrame, a él le van a doler
pero ella no se cansara de esperar

Insensible por sentir
por no hacer nada
por su indiferencia y su camino seguir

Rodeado de personas
y sumido en la mas profunda soledad
sintiendose vacio y que todas las cosas son ajenas

Asi se quede sin aliento por estar a su lado
seguira insistiendo para darle esperanza a su vida
guiandole por el bien, alejandolo de su castigo crudo

A si mismo se tortura
buscando placeres vanos y frivolos
y sangran sus ojos y su piel casi muerta

No deja de equivocarse y llorar
pero ella esta ahí
siempre lo va a amar...

Cuando el diablo se canso de ser diablo


Hoy me contaron un cuento, si es que se le puede llamar asi:
Un dia el diablo, se canso de ser quien era, quizo descansar, queria ser libre de todos los poderes que tiene, quizo alejarse de todo y por primera vez no hacer daño por su propia mano, entonces decidio que debia subastar todo lo que tenia, para lo que invito a los hombres mas ricos y poderosos de los 5 continentes, invito a Barak Obama, a Carlos Slim, Bill Gates, Lawrence Ellison, y a algunos monarcas de oriente... Posterior a esto, inicio la subasta, dieron muchisimo dinero por la gula, otros por la lujuria, un tanto mas por el odio... y al final cuando ya solo le quedaba una cajita dorada en las manos del diablo, dijo que era con lo unico con lo que se pensaba quedar, y aunque los hombres le rogaron que se las vendiera, y algunos ofrecieron todo lo que tenian, el diablo les dijo que NO, -dijo que con lo que tenia en esa pequeña caja podia recuperar facilmente todo lo que les habia subastado cuando se cansara de ya no ser el diablo... Todos muy intrigados por el contenido de la caja le siguieron suplicando, pero el se mantuvo firme, se levanto y se fue a su tan merecido descanso... La caja tenia la DUDA, la duda puede crear guerras, romper relaciones, separar familias, asesinar personas... puede traer tantas cosas tan malas.
Dudar de las personas, y hasta de ti mismo puede acabar con todo... No dudes, mejor observa realmente como son las cosas.